domingo, 18 de febrero de 2007

ES HORA DE TENER UNA POLITICA INTEGRAL DE EMIGRACION

ES HORA DE TENER UNA POLÍTICA INTEGRAL DE EMIGRACIÓN

Héctor Gómez Paniagua

La explosión repentina de la emigración de la clase trabajadora hacia países en donde solucionar los problemas personales derivados de la crisis económica en los últimos años, ha significado para Colombia un hecho social histórico, por la dimensión alcanzada y porque tendrá en el futuro implicaciones no solamente económicas sino políticas de gran trascendencia.

Las características y perfil del emigrante colombiano son muy significativas: provienen en su mayor parte de clases trabajadoras desempleadas, relativamente cualificados, agobiados por sus malas condiciones económicas , con experiencia en trabajos del sector industrial primario y de servicios, iniciado con osadía en una aventura de inmigración ilegal que sabe podía traerle graves consecuencias, con una filosofía de vida individualista de lucha por la supervivencia, con escasos recursos que le obligan a endeudarse en condiciones leoninas preocupantes, y por último, con un nivel cultural localista y provinciano, desconociendo los elementos básicos de la vida en un país desarrollado

Nadie ha estudiado el proceso espontáneo de emigración masiva para entender la velocidad con que se disparó el proceso, pero seguramente tiene que ver con la situación límite en que se encontraban personas que habían disfrutado de un nivel de vida sencillo pero suficiente, y que a través del boca a boca entre familiares y amigos de los primeros aventureros, resolvieron aprovechar una posibilidad arriesgada pero inmediata de solucionar sus problemas. También hay que agradecer a los justamente denigrados “traficantes” que imponiendo condiciones leoninas y muchas veces perversas fueron convenciendo a muchos candidatos, que sin la mentira y el optimismo que les transmitían no hubieran dado nunca el paso tan arriesgado de la emigración ilegal. Aquella era una actividad delictiva pero vista retrospectivamente fue la que favoreció y estimuló la emigración que tanto significado tiene ahora para el país.

En el caso de España, su vinculación al trabajo fue relativamente fácil porque era un momento de avidez de mano de obra, hasta el punto de que todos los inmigrantes de cualquier origen han sido absorbidos por el mercado laboral y en este momento representan un aporte del 1% al PIB español. En cuanto a los colombianos, según su experiencia laboral se fueron esparciendo por toda la geografía española, con gran complacencia de los empleadores medianos y pequeños. Peor lo tuvieron las mujeres, que representan el 60% de los colombianos, porque las que no tenían experiencia en el sector industrial, tuvieron que en principio entrar en el mundo del servicio doméstico, y otras fueron captadas por las mafias y sometidas a la prostitución. Superado el trámite de la legalización, ellas han pasado a trabajar en las grandes empresas en el sector servicios y es cada vez mayor el número de mujeres en la hostelería y el comercio

El llegar a la cifra total tan impresionante de casi 4 millones de personas en un período de tiempo de prácticamente diez años es un proceso tan espectacular que ni el mas avezado programa migratorio gubernamental de ningún país hubiera podido lograr jamás. Ha sido tan rápido y masivo que ha cogido por sorpresa a los últimos gobiernos, que en principio fueron alertados por las autoridades monetarias del potencial de aporte a la riqueza nacional de sus remesas de dinero y por las dificultades que ocasionaron a los funcionarios consulares en aquellos países preferidos como destino. Pero desde el primer momento en que se detectaron esos movimientos masivos de emigración, tendría que por obligación constitucional haberse armado un esquema de atención ciudadana para garantizar a esos compatriotas el disfrute de los derechos que en teoría debe el Estado garantizar a todos los ciudadanos.

Tratándose de un fenómeno tan impactante y ante la evidencia de que la situación ilegal de ese enorme colectivo de compatriotas sería muy complicada, se adelantó una actuación muy tímida ante los gobiernos de los países receptores, tanto en los Estados Unidos para la obtención de un Status temporal, sin mucho éxito, o en España, donde era complicado hacer nada ante la acritud y virulencia del gobierno del Partido Popular respecto a la inmigración, ya que generó un conflicto de opinión al asimilar inmigración con delincuencia y hacer una campaña que consiguió falsamente elevar en los sondeos el problema de la inmigración hasta el segundo lugar de las preocupaciones de los ciudadanos.

Con el ascenso del Partido Socialista al poder y la inclusión de la legalización de los indocumentados en su programa electoral, se abrió un abanico de oportunidades espectacular. Se trataba de ayudar a los casi 700.000 trabajadores ilegales a aprovechar la regularización consiguiendo una oferta de trabajo y algunos documentos fáciles de obtener. Las Asociaciones y ONGs. desempeñaron un papel fundamental ayudándolos en estas gestiones y gracias a ello se logró la formalización de casi la mitad de los aspirantes. Lamentablemente los que trabajaban por su cuenta y muchos empresarios medianos y pequeños que basan su competitividad en el costo mínimo salarial, no podían afrontar esa legalización, porque les representaba en algunos casos hasta un 40% mas de costos. Por eso, después de febrero del 2.005 queda un colectivo muy importante de trabajadores sin papeles que siguen en la clandestinidad o que esperan aprovecharse de un resquicio de la Ley que aprobó la regularización, según el cual se puede obtener por arraigo, demostrando haber vivido en España dos años y denunciando al empleador o tres años sin necesidad de denunciar a nadie.

Las actuaciones del gobierno en relación con los emigrantes llegó con mucho retraso y orientado principalmente a aprovechar ese potencial económico, como el estudiar mecanismos de orientación de las remesas hacia actividades productivas o promover la venta de apartamentos en Colombia organizando ferias inmobiliarias, pero sin criterio de responsabilidad política de considerarlos como ciudadanos, como lo demuestra el que en esas ferias no se promueve el informar al emigrante sobre las ventajas que tendría conseguir créditos muy baratos en España para comprar aquí o allá. Podrían haber tomado decisiones positivas que hubieran aligerado la situación económica personal, como hubiera sido el reducir el costo de los trámites consulares que son demasiado elevados (expedición pasaporte US$108- legalizaciones US$ 31)) y afectan el presupuesto familiar o atender a los que carezcan de medios para subsistir . La visión oficial ha sido de complacencia al comprobar que las remesas superan en 2.006 los US$ 4.000 millones, primer rubro de exportación, pero también en obtener de ellos ingresos consulares con los que pagar el servicio exterior y la Cancillería. Creo que a ninguno se le ha ocurrido que sin ninguna inversión, este sector es el que mas aporta a la riqueza nacional y que no se le devuelve ninguna contraprestación.

El gobierno ha contratado expertos y encargado estudios muy interesantes sobre la problemática de la emigración, los cuales unidos a los que se hacen en organismos internacionales y en España pueden ser base de actuaciones futuras que beneficien a este importante colectivo. Entre esos estudios sobresale el que ha hecho el prestigioso consultor internacional Luis Jorge Garay (Estudios sobre Migraciones Internacionales y Remesas) con el apoyo de la Organización Mundial Migraciones, el DANE y muchas otras entidades oficiales y privadas, que aunaron esfuerzos para elaborar un completo diagnóstico sobre el perfil de la migración internacional del Área Metropolitana Centro Occidental y el impacto de las remesas en los patrones de comportamiento de las familias. Las conclusiones son tan completas que ofrecen todo un repertorio de datos técnico-científicos para cuando se decida diseñar políticas de emigración, ya que la región es muy representativa. Respecto a España, es el destino del 54% de los emigrantes de esa área, tiene un menor nivel de educación que el de USA, un promedio de edad de 34 años y el 54% de ellos son mujeres.

Un detalle muy importante detectado en aquel estudio y en otros hechos por Carlos Malamud en el Instituto Elcano de Madrid y por el BID, es el impacto negativo que produce el que las familias renuncien a trabajar en espera de la llegada de las remesas para su subsistencia, pues se estaría resquebrajando el esquema familiar y su articulación en la sociedad. El otro aspecto negativo subsiguiente es el de que los jóvenes en caso de reagrupación familiar llegan a los países extranjeros y se sienten marginados, con el peligro de vincularse como protección a bandas juveniles que acaban situándose fuera de la Ley.

Otra asesoría contratada por el Ministerio de Relaciones Exteriores es la del antropólogo Gerardo Ardila que con un grupo de expertos ha realizado un estudio titulado “Migraciones, Transnacionalismo y Desplazamiento”publicado por la Universidad Nacional de Colombia. Desde el año 2.003 la Cancillería viene trabajando el tema de las migraciones con el programa “Colombia no Une” que trata de la vinculación con las comunidades de colombianos en el exterior y con el apoyo de la OIM decidió crear una red de investigadores con el objetivo de coordinar las instituciones involucradas en el tema . En 2.004 se instaló la Cátedra Manuel Ancizar de la que se han sacado buenas iniciativas sobre la problemática de las migraciones.

A nivel internacional se ha hablado con profundidad sobre estos temas en la Cumbre de Jefes de Estado de Salamanca de octubre del 2.005, en la Cumbre Unión Europea- América Latina en Viena en mayo del 2.006, y en reuniones de coordinación sobre los problemas con USA, celebradas en México, Cartagena y la ciudad de Antigua, en Guatemala. En las dos cumbres se dejó sentada en forma destacada la importancia que los países dan a los problemas migratorios y el compromiso de enfrentarse a ellos poniendo todo el empeño político de sus gobiernos en solucionarlos.

El Congreso Nacional de Colombia también está interesado en el tema de las migraciones y la presencia de los dos representantes elegidos por los emigrantes en las pasadas elecciones asegura que por dentro se trabajará muy fuerte en temas que beneficien a ese colectivo. Recientemente fue creada la Comisión Accidental Migratoria, integrada por siete senadores y los dos representantes al Cámara elegidos por los emigrantes. Esta Comisión, presidida por la Senadora Piedad Zuccardi de García ha aprobado un programa de trabajo orientado hacia la totalidad de los problemas que afectan al emigrante y con la participación de todas las entidades que tienen alguna injerencia en el tema. Coincide con todas las bases mencionadas por la totalidad de investigadores que he mencionado y hace especial énfasis en que se incluyan las políticas aprobadas en el Plan Nacional de Desarrollo.

Esta larga relación de actividades de entidades públicas y privadas demuestra que el tema de las migraciones está en el primer plano de la actualidad, y eso es conveniente, justo e indispensable si se quiere definir una política oficial en la materia. Pero también ha hecho falta la voluntad política que permitiría al gobierno tomar medidas sin necesidad de esperar a una legislación que pudiera tardar demasiado tiempo en aprobarse. Actuaciones para abaratar el costo de las remesas y las gestiones consulares de los trabajadores, presionar para una fácil homologación de títulos y nombrar personal especializado para mejorar el tratamiento a los compatriotas en los consulados, podría comenzar a aplicarse mientras un Estatuto defina los servicios sociales que el Estado debe dar al ciudadano, fije las reestructuraciones necesarias en los ministerios y disponga los presupuestos para la atención integral del ciudadano, repatriación de insolventes, y lo mas importante, concebir un sistema de incentivos para todos aquellos que se asocien e integren en Comunidades en cada país.

Todos estos trabajos están muy bien y tienen sentido y justificación, pero dejan la impresión de que se trata de investigaciones científicas que ya llevan cuatro años, que todos coinciden en el diagnóstico, y que no llegan al beneficiario final, que debe ser el emigrante, que quiere menos teoría y mas hechos reales que faciliten su vida, sin que sea necesario esperar a que se creen vínculos fluidos de relación con las comunidades en el exterior, sobre las cuales Gerardo Ardila señala en su obra las dificultades para constituirse por la desconfianza y la insolidaridad que caracteriza al colombiano. Esto puede tener origen en el individualismo que genera la precaria situación del desempleado colombiano que lucha a brazo partido para sobrevivir, dejando marcada su personalidad en su visión de la vida y de las relaciones con los demás.

Las características y problemas que cada experto va aportando en sus investigaciones forman un esquema sociológico muy peligroso porque derivará en problemas políticos, culturales, económicos y sociales. La actitud negativa del emigrante debe ser recogida y reconducida dentro de un proceso de reconversión, pues de lo contrario, tendremos mas problemas de convivencia que los que tenemos hoy. No hay duda de que la diáspora va a marcar un sector muy grande de la población. Cuatro millones de personas, el 10% de la población, ejercerán una influencia positiva o negativa en al menos 10 millones de personas que serán su entorno inmediato, y dentro de ellos la juventud puede crecer con una mentalidad abierta, cosmopolita y universal, o encerrados en criterios marginales, localistas, egoístas que cierren su paso al mando globalizado que tendrían que enfrentar en el futuro.

Los estudios hablan mucho del papel de las comunidades, pero en realidad no hay comunidades ni se ha hecho un buen trabajo para organizarlas. En España, a pesar e todos los esfuerzos de la Embajada y el Consulado, es imposible lograr una unión de todas las asociaciones existentes para trabajar conjunta y solidariamente en ningún proyecto, aunque sea beneficioso para sus integrantes. La formación de comunidades se facilitaría en la medida en que estén integradas en una política nacional de defensa del ciudadano en el exterior, en la creación institucional de un órgano permanente de observación y gestión en que ellos sean protagonistas. La idea sería la aprobación legislativa de un Estatuto del Emigrante, similar al que acaba de aprobar el Congreso de España, que recoge todas las prerrogativas que se otorgan al ciudadano que desde el exterior contribuye como el que más en la construcción de la nacionalidad.

España se ha puesto a la cabeza de los países con mejor ”estado de bienestar”, con buenos sistemas universales sanitarios y de educación, con regímenes de pensiones y ayudas no retributivas para personas mayores y sin recursos y con leyes como la de dependencia, que garantiza ayuda personal a todos aquellos que no pueden valerse por si mismas. Tiene una experiencia de mas de cien años de atención a los emigrantes, con políticas que han dado un trato de respeto y consideración a todos los que viven en el exterior, garantizándoles los mismos derechos que al resto de ciudadanos. No han hecho muchos estudios técnico –científicos porque los problemas los conocen a través de un servicio consular que está conectado con el emigrante y atiende con esmero las necesidades de un colectivo que ahora es solo de un millón y medio de personas, con remesas que son la mitad de las que envían los colombinos a sus familias

El gobierno español presentó al parlamento un Proyecto de Ley que reuniera toda la legislación anterior y actualizara las prestaciones y servicios. El resultado ha sido una ley modélica, que debiera servir de modelo para los países exportadores de mano de obra, como Colombia, salvando las diferencias financieras, al ser España una potencia económica con recursos suficientes para organizar un sistema de prestación local de servicios sanitarios integral, de pensiones y seguridad social para los que no los tienen, y culturales, educativos, etc, En nueve meses de trabajo efectivo, con aportaciones de todos los partidos políticos, se aprobó la ley que al final pasó a llamarse Estatuto de la Nacionalidad Española en el Exterior, porque además de atender a las necesidades de los emigrantes, se preocupa por la permanencia de los valores de la nacionalidad y su vínculo ciudadano al facilitar el entronque en el país de los que deciden regresar. Vale la pena estudiar las características de este Estatuto, como curiosidad por la garantía que ofrece un país respetuoso de los derechos de los ciudadanos a los que participan desde el exterior en el esquema de su sociedad, con la envidia que puede darnos el que ellos tienen suficientes recursos y voluntad política para cumplir sus preceptos constitucionales.

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Madrid, febrero de 2.007

viernes, 2 de febrero de 2007

Los TLC de Colombia

La firma de un TLC de Colombia con USA abrió una situación contraria a la tendencia natural de aprovechar los programas de integración para que los países pequeños se defiendan de las políticas de los países desarrollados. Ahora quiere proponer a la Unión Europea otro TLC y yo he escrito este artículo para dar un concepto negativo sobre esa decisión.

NO CONVIENE PLANTEARSE UN TLC CON LA UNION EUROPEA

Héctor Gómez Paniagua

Al tomar posesión de su cargo, el nuevo Ministro de Comercio ha declarado que una prelación suya será negociar un Tratado de Libre Comercio con Europa. Aunque sonaría lógica la idea de agregar al Tratado negociado con USA uno con la otra potencia comercial del mundo, en principio tiene el grave inconveniente de profundizar en el sistema bilateral que parece preferir el Gobierno Nacional en su política exterior, en contraste con la tendencia mundial de las economías emergentes de negociar colectivamente para protegerse frente a las grandes potencias que con sus políticas económicas les frenan en sus deseos de crecer y desarrollarse.

La primera observación que habría que hacer es que la Unión Europea no tendría ningún interés en negociar un Acuerdo con un país tan insignificante en su comercio exterior como lo es Colombia, que representa un 0,2 % del total de sus exportaciones y un 0,3% de sus importaciones. Para ello tendría que poner en marcha un complejo sistema administrativo, en un momento en que su agenda está en temas trascendentales como las consecuencias de la ampliación, las negociaciones con USA, la Ronda de Doha, las solicitudes de asociación pendientes, las iniciativas para acuerdos con MERCOSUR, etc. Además, así como USA trata este tema en función de sus intereses políticos en la región, los intereses de la Unión Europea frente a Latinoamérica son fundamentalmente económicos.

Debe ser sorprendente para un técnico europeo de la Comisión, que ha vivido el cumplimiento exacto de los plazos derivados de la integración europea hasta el éxito final de la ampliación a 25 miembros, comprobar que después de 40 años el Grupo Andino con menos conflictos y con economías primarias y complementarias, no haya logrado siquiera un Arancel Externo Común y que ahora se desarticule con el retiro de Venezuela y la negociación bilateral de TLCs. del Perú, Ecuador y Colombia con los Estados Unidos. Como el Grupo Andino durante décadas fue un interlocutor importante en la política europea de promover las integraciones regionales y de hecho le ha suministrado fondos y asesorías para lograrlo, procurarán influir para que se restablezca ese programa subregional y en tal caso si estaría dispuesta a negociar NO un TLC sino un Acuerdo de Asociación, que es lo que prefieren para este tipo de países.

De todas formas, volviendo a la propuesta ministerial de negociar un TLC, basta con analizar las estadísticas de nuestro comercio para ver que no tiene ningún sentido, salvo que se quiera renunciar a los aranceles que pagan sus mercancías al entrar en Colombia. En el caso de Europa tenemos un Sistema General de Preferencias que alcanza prácticamente el espectro total de nuestra oferta exportable, y a diferencia de Estados Unidos es mas fácil lograr su renovación con el apoyo de pocos países, gracias a la sensibilidad de los europeos por nuestros problemas de desarrollo y las consecuencias negativas del narcotráfico. En Europa, como lo es en USA, nuestro problema no es de facilidades arancelarias por tener ya un sistema preferencial muy generoso. Nuestro problema es que no tenemos una oferta exportable gestionada estratégicamente, suficiente, estable, novedosa y competitiva, para aprovechar un mercado potencial enorme, abierto a la globalización.

Como el comercio exterior hay que analizarlo en períodos largos para analizar ciclos y tendencias, vemos que en el año 1.996 exportamos a Europa US$ 2.470 millones y 10 años después, en 2.005, les habíamos vendido US$ 2.814 millones, es decir un 14% de aumento. Pero si analizamos la composición de ese comercio, comprobamos con tristeza que productos primarios como el carbón y el ferroníquel han aupado las exportaciones por el aumento desproporcionado de sus precios en el mercado internacional, y aunque también han crecido las cifras de exportación de productos con mayor valor agregado como los productos industriales o los manufacturados, con subidas del 28% y 55% respectivamente, por su poca cuantía no influyen en las cifras totales. En cambio baja la industria ligera, con confecciones, textiles, calzado, artículos de cuero, etc, que son los que eventualmente más aprovecharían el Libre Comercio. En casos como los camarones que tienen tanto éxito en España no se venden porque la producción está agotada y se orienta a otros mercados. Las flores, que no pagan aranceles, crecen vegetativamente porque tienen que enfrentarse a un mercado saturado y competir con otros países como Ecuador que tampoco pagan aranceles.

Debemos analizar estos argumentos dentro de la situación actual, en que el gobierno registra con satisfacción cifras espectaculares de exportaciones totales que nunca habían crecido a ritmos tan elevados, pudiendo llegar en 2,006 a tener un aumento de casi el 20% hasta aproximadamente US$ 23.000 mill. de dólares, y ventas a Europa que crecieron un 24,9% y que llegarán a cerca de US$ 3.300 millones. Pero un hecho importante a tener en cuenta es que los volúmenes totales de lo exportado son considerablemente menores, lo que demuestra un retroceso real. En los últimos tres años, de los que tenemos estadísticas del período enero/noviembre, vemos como las exportaciones a Europa de productos primarios representan 86,8% del total exportado, que en conjunto tuvieron un aumento del 71%, el ferroníquel un 49,6%, carbón 26.8%, café 76%, Camarones el 62%., etc., etc, pero que el volumen total pasó en tres años de 21 millones a 5,9 millones de toneladas.

Lo anterior demuestra que nuestras exportaciones habían descendido vertiginosamente a mediados de la década y que solo en los últimos tres años estamos recuperando los valores aunque no los volúmenes tradicionales. En resumen, contamos en Europa, que es el mismo caso de Estados Unidos, con un mercado privilegiado que no hemos aprovechado por falta de una oferta exportable suficiente y adecuada. Podemos vender sin aranceles productos primarios, manufacturados o con un valor agregado importante, que generen mas riqueza y puestos de trabajo, dependiendo su resultado de las estrategias de desarrollo que el sector privado, orientado y promovido por el gobierno decida ejecutar a mediano y largo plazo, ojalá con el apoyo técnico y financiero de algún gobierno que crea que Colombia es un socio apto para llevar a cabo programas conjuntos de cooperación empresarial. No podemos basarnos en las fluctuaciones de los precios internacionales de las materias primas, porque sin asegurar ingresos estables del sector externo, no se puede planificar el desarrollo del país.

Para el futuro a largo plazo podemos pensar en diseñar una política de desarrollo industrial mejorando la calidad y volumen, especializándonos en nuestra producción actual, lo que requiere grandes dosis de tecnología, innovación e inversión siempre mirando principalmente a mercados ya conquistados y no rebuscar en aquellos en los que no hemos penetrado, seguramente por deficiencias estructurales, coincidencia de producción o porque son mercados cautivos de otros países. Los mercados actuales fueron conquistados por el esfuerzo emprendedor de nuestra clase empresarial y allí donde no estamos es que, por el conocimiento de su sector, el olfato y la intuición les advirtieron que no eran mercados interesantes para esforzarse. Muchos analistas creen que algunos gobiernos de países en desarrollo buscan afanosamente nuevos socios comerciales en todas las regiones del mundo, sin hacer estudios previos de mercado ni tener en cuenta factores complejos que determinan esas posibilidades, y solo por razones de oportunidad política.

Debemos fundamentar una planificación a largo plazo recordando nuestra vocación agrícola, diezmada internamente por la inseguridad y externamente por la competencia de los países ricos, que subsidiando su producción arrasan nuestros mercados y nos hacen poco competitivos. Pero como es previsible que en muy pocos años se comenzarán a desmontar los sistemas de subsidios en USA y la Unión Europea, debemos trabajar en la idea de complementar nuestra producción actual con la exportación a gran escala de productos agrícolas y agroindustriales tanto a la Unión Europea como a los Estados Unidos. Con ese esquema podremos llegar a ser una potencia exportadora, y esa podría ser una meta del Ministerio de Comercio Exterior, aunque para lograr ese objetivo debiéramos evitar negociar bilateralmente otro Tratado de Libre Comercio, que solo se justificará cuando tengamos una oferta exportadora suficiente y con una composición diferente.

Madrid, enero de 2.007